Ciclos vitales (2001)

Primero

 

  • 1

    La estupidez me satura la mente,
    la tristeza no se me despega.
    Todo sigue en su lugar.
    Todo tranqui,
    blando.
    Cada tanto una sorpresa
    pero no pasa nada.
    Camino por la calle,
    camino rápido,
    despacio,
    más rápido.
    No encuentro lo que busco.
    Camino y pienso,
    miro en todas direcciones,
    me detengo,
    sigo,
    no sé qué hacer.
    Voy desnudo,
    voy muerto.
    Entiendo muy poco.
    No tengo ganas.
    No tengo nada,
    es decir.

  • 2

    Quiero descansar.
    No he hecho nada
    quiero descansar.
    Veo mal por donde mire.
    Dejo de mirar.
    Llego a un lugar,
    descanso,
    espero
    y termino de llegar.
    Ya estoy allí.
    Muevo las manos,
    miro otra vez en todas direcciones,
    acepto los ruidos del lugar.
    Me suspendo.
    No hay nada más,
    es decir.

  • 3

    Imagino otro mundo.
    Ni mejor ni peor:
    otro mundo.
    Las manos se rompen a la menor presión,
    los hijos viven en la mente,
    no falta el aire,
    no falta el agua,
    sigue habiendo hambre.
    La tristeza es un sentimiento respetado.
    Hay más teléfonos y menos animales,
    muchísima gente en todos lados,
    casi no corre viento.
    La muerte sigue siendo la muerte,
    es decir.

  • 4

    Ahora miro por la ventana.
    Pasa una pareja con un bebé.
    Pasa un auto a dos mil.
    Un perro se rasca y se lame.
    He mirado por la ventana
    millones de veces,
    he visto millones de escenas diferentes,
    parejas diferentes,
    vehículos diferentes,
    perros diferentes haciendo cosas diferentes.
    La escena del principio se repite,
    es decir.

  • 5

    Sigo cansado.
    No he hecho nada
    Pero sigo cansado.
    Oigo una música suave.
    El sonido me toca la espalda,
    me llega al pecho.
    Un lugar nuevo.
    La música consuela.
    La música es aire imaginado,
    es decir.

  • 6

    La luna también sigue allí.
    Ha estado allí todo este tiempo.
    Porque todo esto sucede de noche.
    La luna ahora no me dice nada.
    Me olvido de ella como de los otros objetos.
    Y sigo caminando solo,
    de noche contra la noche.
    No tengo apuro ni nada
    no tengo nada,
    no pasa nada,
    es decir.

 

Segundo

 

  • 1

    No me interesa el estado del tiempo
    ni las últimas noticias.
    Sin embargo,
    sigo atendiendo los pronósticos
    y escucho los noticieros.
    No estoy acostumbrado a ser lo que soy,
    pero puedo cerrar los ojos
    y dar unos pasos sin demasiado peligro.
    Voy y vengo por el riel,
    me detengo a comer y descansar.
    Me detengo a vivir, amar.
    Regreso casi siempre al punto de partida,
    pese a la ilusión de que he cambiado.
    Tal vez sea menos idiota que hace unos años.
    Tal vez.

  • 2

    La felicidad es una montaña de palabras
    o un estado de paz que me asalta
    en plena catástrofe.
    Trato de defenderme y no puedo,
    trato de sentirle el gusto a la vida.
    Casi nunca llego demasiado lejos.

  • 3

    La soledad me arruina.
    Por eso no me desconecto
    ni me escondo.
    No voy a sacar ninguna conclusión.
    Voy a mirar
    y a tratar de entender.

 

Tercero

 

  • 1

    Me he propuesto no hacer algunas cosas
    al menos durante un tiempo.
    Lo primero será
    alejarme de la tecnología cercana.
    Por ejemplo,
    no usaré computadoras,
    no veré televisión, apagaré la radio.
    Guardaré el reloj en un cajón.
    Pero no desconectaré el teléfono
    (tampoco hay que exagerar).
    Además, evitaré conversaciones
    protocolares,
    huiré de sitios muy poblados,
    contaré hasta veinte antes de hablar.
    Sé que al principio será difícil,
    pero también sé que luego
    mi cuerpo estará menos agobiado,
    y mi cerebro recobrará
    poco a poco
    su consistencia natural.

  • 2

    Ya estoy en la segunda etapa:
    me dedico a tareas manuales:
    pinto paredes,
    arreglo artefactos, hago el amor,
    me peino.
    También salgo a caminar,
    por el mundo en general.
    Primero el barrio,
    luego las afueras,
    por último la montaña.

  • 3

    El aire existe,
    las plantas se mueven,
    tocadas.
    El cielo nunca es el mismo,
    la tierra tampoco.
    El sol oprime y abandona.
    Los pájaros regresan.
    La noche es larga.
    El frío no espera.
    La lluvia reúne.

  • 4

    Mi destino final es incierto.
    Seguramente sufriré una recaída
    de vida cotidiana,
    pero bueno:
    son las reglas del juego.
    Mientras tanto
    aprovecho el tiempo y el espacio
    que me quedan
    y abro los ojos todo lo que puedo.
    No quiero que la muerte me alcance
    distraído.

 

Cuarto

 

  • 1

    No sé si siento un gran placer
    o una gran angustia de vivir.
    Ocurre que me olvido de muchas cosas
    y de otras pocas me acuerdo,
    como por ejemplo las palabras de un hombre
    que dicen: pero no,
    la vida no tiene sentido.

  • 2

    A veces pienso
    (a lo mejor demasiado seguido)
    que estoy a punto de morir.
    Que un colectivo se desvía y me aplasta sin más.
    Que un derrame cerebral o un ataque al corazón
    surgido de una mala noticia
    me detiene mientras me ato los zapatos
    y listo.

  • 3

    Mi estado de ánimo está colgado
    de mi estado financiero.
    Soy un gusano más
    del mismo color que el líquido
    que succiona.
    Tal vez por eso ella me dijo
    lo que me dijo.

  • 4

    Realismo vulgar,
    o sea
    creer en lo que se toca
    y tratar de tocar para creer.
    Tal vez no haya otra forma de entender el mundo,
    aunque ya decir mundo
    sea un abuso del lenguaje.

  • 5

    Nadie vendrá a buscar aquí
    combustible para vivir.
    Nadie regresará
    del espacio o de donde sea.
    Nadie nos verá mentir
    ni escribir cartas cerradas
    contra la luz prestada
    de la luna.

  • 6

    Casi todo depende de la motivación,
    de la sangre que se ponga
    o que se pierda.
    Puede estar todo muy bien,
    arreglado,
    garantizado,
    pero si no hay deseo,
    bronca,
    el tiempo seguirá pasando
    y seremos una farsa impecable,
    un sueño acomodado,
    una revolución
    con sede propia.

  • 7

    La curva semanal del ánimo
    dice que ha bajado la alegría.
    Habrá que remontarla en los próximos días
    para que las visitas no sufran
    al ver nuestras caras pálidas
    y también debamos
    sostener su pena.

  • 8

    Tal vez viviendo siglos podríamos mejorar.
    Para ser bueno
    hace falta tiempo.

 

Quinto

 

  • 1

    Me han dicho en la cara lo que soy
    y no he podido negar nada.

  • 2

    He construido un escenario en mi mente
    en donde,
    la verdad,
    me veo bastante bien.
    No soy allí
    el fracaso que soy
    aquí.
    Tengo éxito,
    allí,
    o no se me nota
    como aquí,
    la derrota.

  • 3

    Hacía mucho que no sentía esta angustia,
    contracción estomacal,
    espasmo de pecho.
    Me sorprendió en una ciudad ajena
    y me dejó triste
    hasta la estupidez
    bajo la lluvia.

  • 4

    Creo en los extraterrestres
    y en las buenas intenciones
    de los recién nacidos.
    Creo en los proyectos imaginarios
    de los seres concretos
    y no creo en todo lo contrario.
    Creo en las manos de mis hijos
    y en los sueños del hombre común.
    Creo en la palabra y en el silencio
    por partes iguales.
    Creo en la lluvia
    cuando no lastima
    a los desamparados.

 

Sexto

 

  • 1

    El pasado es tu sombra,
    el presente es tu cuerpo
    y el futuro es ese viento
    que otra vez muere solo
    entre los edificios.

  • 2

    No esperés que se entienda
    cada palabra.
    No esperés que se encienda
    cuando mirás en la oscuridad.
    Mejor abrí un espacio
    y sacá la mano
    y da la primera
    señal.

  • 3

    La noche abre y cierra,
    por fin,
    cuando más te hace falta.
    Y te da la fuerza
    y los que miran tu rostro
    tal vez no sepan que ya no sos
    el mismo.
    Sólo te queda tomar aliento,
    juntar las últimas ideas
    y seguir.

 

Séptimo

 

  • 1

    No vas a poder recuperar,
    por ejemplo,
    tus primeros años.
    Unos recuerdos inconexos
    no forman un pasado.
    Te tiran una soga las imágenes
    para no quedarte tan aislado
    en el presente.

  • 2

    Como un mendigo entre las bolsas,
    recogés parte
    de tu parte.

  • 3

    Después de unos años nos hemos dispersado.
    Pese a las diferencias
    se nos puede encontrar defendiendo
    puras agonías sólo por dinero.
    Nos preguntamos cada tanto
    qué hacemos aquí.
    Y como aprendimos a sobrevivir
    encerrados en la ciudad,
    ensayamos respuestas que no sirven de mucho
    que no sirven.

  • Final

    Busco trabajo.
    Sé leer y escribir.
    También me defiendo con algunas herramientas.
    Tengo deudas y tengo sueños
    de todas las edades.
    Por eso debo decir que mis pretensiones no son pocas,
    aunque tampoco exageradas.
    Llegado el caso,
    podría limpiar letrinas,
    cuidar enfermos,
    pintar paredes.
    Tengo además buenas ideas para mejorar la vida
    en la ciudad.
    Nunca trabajé de mozo ni trabajé la tierra,
    pero mi pulso es bueno y no detesto a los insectos.
    No les temo al frío ni al calor
    y siempre quise navegar por los mares
    y volar en lo que fuera como fuera.
    No me asustan demasiado el viento ni la altura.
    Soy capaz de hacer lo que sea
    para escapar del hambre
    y de la soledad.

(Fin de “Ciclos Vitales”)