«Se les puede matar y corromper como conejitos de laboratorio»

Fragmentos del libro Filosofía de la liberación, de Enrique Dussel. México, Fondo de Cultura Económica, 2011. A continuación, compartimos dos pasajes de este libro tan importante e influyente, a raíz de señalamientos de lectura realizados por Violeta López Molina, estudiante de filosofía.

«En el nivel internacional o mundial, la alienación de los pueblos periféricos se produce por el imperialismo; filosóficamente lo funda la ontología europeo-estadunidense; económicamente ya lo definiremos; militarmente sufren el control de los océanos y los continentes por medio de estructuras navales y de los ejércitos, por las fuerzas aéreas y los satélites que recorren la atmósfera; culturalmente es la ideología de los medios de comunicación.

«En efecto, los países pobres del mundo se han transformado en los enemigos del centro, como se ha visto en las reuniones de la UNCTAD convocadas para fijar el precio de las materias primas. El capitalismo, vivido por el hombre cotidiano del centro, en proceso de creciente conservadurismo, teme a las multitudes demográficas mestizas, “negras” o “amarillas”. Las ha totalizado y las explota sistemáticamente, pero no llega a aquietarse. Un neomalthusianismo quiere contener el avance de la periferia.

«La praxis de dominación del imperialismo se cumple, en lo económico, por la extracción de una plusvalía mundial neocolonial de segundo tipo; transferencia a la que se endereza el ejercicio del poder político respaldado por el control militar.

«En efecto, el hombre comenzó como cazador a dominar a los animales para comer. Después enfiló sus armas de cazador contra los otros seres humanos y nació el guerrero. El guerrero de los primeros reinos, desde la edad del bronce, principalmente desde la del hierro, y después multiplicado al infinito por la tecnología, se transformó en el militar profesional. El arte militar o la técnica de la violencia racionalizada es la esencia última y más precisa de la praxis de dominación imperial. Es por ello que el Pentágono tiene responsabilidad por la injusticia en el nivel internacional de la violencia; en la fabricación y el uso de las armas. ¡La tecnología ha mejorado ciertamente la rústica punta de sílex del arma del paleolítico! Más maquiavélica e inmoral se torna dicha praxis cuando ya no importa el asesinato de un político de la periferia (como piensa la CIA), o cuando la mayoría de los empresarios de Estados Unidos opina, según reciente encuesta realizada a causa del escándalo de la empresa Lockheed, que no es incorrecto corromper a los compradores de sus productos en la periferia. Puede verse que, como opina la ontología, los habitantes de la periferia no son seres humanos (al menos “como nosotros”, dirán los empresarios inescrupulosos): se les puede matar y corromper como conejitos de laboratorio. Esta es la praxis del imperialismo; la praxis es la realidad. Las filosofías podrán ser muy humanistas (para adentro de la totalidad dominadora), pero como la de Aristóteles o Hegel justifican el statu quo de su propia formación social y garantizan su expansión hacia afuera». p. 122-123.

Nota: Es interesante notar ciertos cambios respecto de una edición posterior, de 2013 (https://enriquedussel.com/txt/Textos_Obras_Selectas/(F)11.Fillosofia_liberacion.pdf).

Tres ejemplos: 1. Donde dice, en la citada más arriba, «hombre», en la posterior se consigna «ser humano». 2. Donde dice, más arriba, «creciente conservadurismo», en la de 2013 se lee «creciente facistización». 3. Donde dice «ontología europeo-estadunidense», en la edición de 2013 se señala «ontología europeo-norteamericana».

J. L. y V. L. M., diciembre de 2023.