La acequia mendocina heredada de les huarpes

Digamos que una persona que nunca se cayó a una acequia ni perdió una pelota u otro juguete llevado por el agua ni remojó las patas en verano en una acequia, pues no debería ser considerada mendocina y se la debería desterrar a una ciudad sin acequias. O, mejor, cualquier persona, aunque no haya nacido en Mendoza, si se cae a una acequia mendocina, obtiene de inmediato la ciudadanía.