Moto: del latín «motus»: movido

A veces ando en moto pero no soy motoquero. Empecé tarde, no me da –como a algunos amigos– para hacerme el joven, cualquiera que me vea se puede dar cuenta. Claro que, con ropa adecuada y casco polarizado, puedo pasar por joven, con un poco de panza, eso sí, pero quién no tiene un poco de panza. Un mecánico de motos me dijo una vez: «La moto es tiempo». Quiso decir que la moto te ahorra tiempo. Es verdad. Además, gasta menos combustible o electricidad. Digamos lo dicho millones de veces: el problema es que en la moto el paragolpe sos vos, quien conduce. La moto, ergo, es peligrosa. Cada vez que me subo me siento más joven, un poco, tampoco tanto. La moto nos da sensación de libertad, al menos libertad de movimiento. Pienso además que andar en moto se parece a montar a caballo: prometen algo o mucho de aventura. También, cada vez que me subo a la moto sé que puede ser la última, así de trágico o realista puedo ser. Lo que no entiendo –pero hay tantas cosas que no entiendo– es por qué hay gente que pretende llevar todo en una moto. En la imagen (con publicidad y todo), el ejemplo: ¿no será más cómodo llevar toda esa carga en un auto?