Diálogo, literatura y placer

Un puente entre Piglia y Lezama Lima

En La forma inicial. Conversaciones en Princeton, de Ricardo Piblica (Buenos Aires, Eterna Cadencia, 2015), libro cuya lectura debo al escritor Maurcio Runno, queda planteado o esbozado que la conversación es “la” forma inicial, no solo del volumen, sino de la literatura, o al menos una de las formas cruciales o modélicas o motoras (Piglia no usa estos términos) de toda literatura. En el libro José Lezama Lima, de la escritora venezolana Ana Nuño (Ediciones Omega, colección Vidas Literarias, Barcelona, 2001), la autora y prologuista presenta un diálogo imaginario con Severo Sarduy. En esa conversación inventada por Nuño, el ficticio Sarduy cita a Lezama: “ ‘Si no es por el diálogo –le decía el coronel José Eugenio Cemí a un Talleyrand mexicano– nos invade la sensación de la fragmentaria vulgaridad de las cosas que comemos’ ” (p.73). El pasaje que cita Sarduy pertenece a la novela Paradiso (edición de Eloísa Lezama Lima, Editorial Cátedra, Letras hispánicas, p. 148). Completo el párrafo agregando las frases anteriores, que ayudan a comprender mejor lo que se postula en ese pasaje de Paradiso: “El placer, que es para mí un momento de claridad, presupone el diálogo. La alegría de la luz nos hace danzar en su rayo. Si para comer, por ejemplo, fuéramos retrocediendo en la sucesión de las galerías más secretas, tendríamos la tediosa y fría sensación del fragmento del vegetal que incorporamos, y el alón de perdiz rosada sería una ilustración de zootecnia anatómica. Si no es por el diálogo nos invade la sensación de la fragmentaria vulgaridad de las cosas que comemos”.

En la Nota a esta edición del libro de Piglia, fechada el 20 de marzo de 2015, el autor argentino señala: “…la gravitación y la gracia del diálogo definen la forma inicial de estos textos, que son modestas tentativas de plantear algunos de los problemas de la narración y sus consecuencias”.

13 de enero de 2023.